Entradas populares

domingo, 3 de julio de 2016

una cita mediocre

Había sido una cita mediocre. De aquellas que se olvidan naturalmente y ni siqueran llegan a ocupar un lugar privelegiado en la memoria a corto plazo, era una cita destinada  al éxito efimero de haber compartido segundos de vida con alguien y de saber que esos segundos sumados nunca serán ni minutos ni horas.

Habían llegado a la puerta de la chica,  ella le agradeció la velada y quiso entrar en casa cuando antes para evitar repetir aquel viejo y encartonado guión de película americana, ya te llamaré o ya nos veremos.

Ambos sabían que eso no ocurriría, pero marcharse sin decir aquella frase era como si la película se quedara sin final como si le faltara algo. A pesar de ser conscientes de que todo era una pantomima que había que decirla y ya está, exigencias del guión se suele decir en estos casos.Un mal necesario para que el espectador entienda la lógica aplastante de las relaciones porque todo ha de tener siempre un principio, un nudo y un desenlace, o quizás sea por mera conviccion social o hasta incluso por un miedo terrible a la soledad por lo que se debe dejar siempre un poco  abierta la  puerta pues, nunca se sabe si eso que hoy consideramos mediocre será nuestro máximo en un futuro.

Pero la verdad es que lo dos sabian a ciencia cierta y por propia experiencia que en ningún momento de la noche la llama del amor les brindó con el calor de su esencia y no fue por no haber pasado minucionsamente por todas las escenas propicias para que esto ocurriese, hubo  un silencio profundo, un roce de mano inesperado, una sonrisa perdida en el aire  hasta una mirada profunda en las pupilas gozó esta cita de bajo presupuesto  pero, todo había transcurrido con la monotonía que define al trabajo de oficina. No hubo chispa, tal vez porque sus cabezas ya habían arañado demasiadas cajetillas.

Sin embargo, cuando ya nadie daba nada por esta película, ocurre un hecho fuera del guión, las llaves de la chica caen al suelo y ella no sabe que hacer con todos esos segundos extras junto a su pareja de escena, debe resolver la situación y le pregunta sin pensar, quieres entrar?

él tarda unos segundos en reaccionar, pues estaba preparado para el ya te llamaré mañana, en el fondo sabe que esa pregunta ha sido más fruto de la situacion inesperada que de un sentimiento real de compañia pero es tarde, no se lo piensa y le dice que sí.

Pasan los días mediocres, uno al lado del otro, se han acostubrado a su mediocridad, hacen el amor tres veces por semana, están ahorrando para alquilar otra casa y comprar muebles del IKEA, discuten una vez al mes por tontería y cenan los sabados en el restaurante de moda.

  un domingo y de descanso, la chica siente por un segundo que el corazón se le hiela, y la lucidez le invade la cabeza y le dice  con una sinceridad desboradante, cómo duele el falso amor.

el chico que está en la cocina pregunta, qué dices cariño, no te he oído

nada nada, he dicho que qué bien huele tu arroz.

se abrazan y se sonríen.